Un apocalipsis zombie es un escenario particular de la ficción apocalíptica, que habitualmente se produce dentro de un entorno de ciencia ficción o terror. En el apocalipsis zombie, se produce una resurrección masiva de muertos convertidos en zombis, también conocidos como muertos vivientes; o bien las personas son sometidas a radiación, extrañas infecciones o a alguna clase de maleficio, desencadenando así una masacre sangrienta. Este levantamiento, para poder recibir el tratamiento de apocalipsis, debe de ser global.
Generalmente los zombies resucitados son caníbales, lentos y de movimientos torpes, pero no menos peligrosos, que atacan a los humanos vivos. Los humanos que no son devorados vivos, pero que son mordidos por un zombi, se infectan y se convierten en un muerto viviente, ya que la mordedura zombi produce una infección fatal que mata poco a poco las células y tejidos vivos del humano, causándole la muerte.
Una vez que el humano mordido muere, se reanima convertido en zombi. Esto produce una crisis que se extiende de manera exponencial y pone en gran peligro a la humanidad: la progresión de la “plaga zombi” sobrepasa a las fuerzas de seguridad militares y civiles, causando la caída de la civilización presa del pánico y dejando grupos aislados de supervivientes, que deben conseguir mantenerse con vida en un mundo que se ha vuelto violento y peligroso.
El reciente caso del hombre que fue abatido a tiros por la policía mientras se comía la cara de un vagabundo en el viaducto McArthur, en la ciudad de Miami, USA, ha alimetado en Internet versiones que indican que un escenario como el apocalipsis zombie habría comenzado.
Desopilante, sí. Inédito, también… pero no inverosímil para algunos en Internet, que alimentan sus teorías con hechos recientes como el caso del hombre que en New Jersey se arrancó sus propios intestinos y se los arrojó a la policía.
De la misma forma, el sitio Buzzfeed, alimenta teorías apocalípticas que aseguran que la invasión zombie está comenzando precisamente en Miami.
Según el sitio, del 17 al 26 de mayo ocurrieron en Miami una serie de eventos que terminaron shockeando al público con el “caníbal” del viaducto McArthur. Aparentemente, el 17 de mayo un grupo de 12 estudiantes y dos maestros fueron hospitalizados por misteriosos brotes en la piel, obligando a la evacuación de todos los alumnos.
Luego, el 19 de mayo, dos días después, cinco personas sufrieron problemas respiratorios “por alguna especie de derrame químico” en el aeropuerto Fort Lauderdale. A una semana de ese incidente, varios alumnos y una maestra de la escuela Lauderdale Lakes Middle fueron hospitalizados por extrañas erupciones en la piel.
Para el 25 de mayo, un grupo de pasajeros se descompuso en un avión que aterrizaba en Miami y otro grupo de alumnos y maestros se desvanecieron en una escuela de Minneola, en Florida.
La suma de “evidencias” se corona con el caso de un anestesista que fue detenido por conducta errática en una autopista estatal en Florida. El hombre pasó el control de drogas y luego de ser detenido empezó a pegarse la cabeza contra la reja del asiento trasero del patrullero, escupiendo sangre a la policía.
Agarrado de esos argumentos, la actitud del caníbal del viaducto podría responder a un patrón de infección generalizada en el estado de Florida, que estaría apunto de desencadenar un apocalipsis zombie en USA y el resto del mundo.
Si se tiene en cuenta la forma en que se propagó la idea de “pandemia” de la Gripe A, que terminó siendo un fiasco, y se la compara con la historia de Buzzfeed, las diferencias son apenas sutiles, aunque lo del canibal y los zombies contengan un claro tinte gore que resta total credibilidad al asunto.
Sin embargo, la teoría del apocalipsis zombie tiene una pata científica. El Dr. Steven C. Schlozman, profesor asistente en la escuela de Medicina de Harvard tiene una respuesta que nos podría sorprender a todos. “Aún pienso que los zombies son personajes ficticios” declaró en 2009 Schlozman en una entrevista, ‘aunque ya no estoy tan seguro.’
El Dr. Schlozman publicó un artículo médico en el que analiza de qué manera podría funcionar un cerebro zombie. Se trata de un análisis de ingeniería inversa en el cual el científico explica de qué forma un virus, bacteria, material readiactivo, etc. tendría que afectar a nuestros cerebro de manera que todos comencemos a mostrar los característicos síntomas del estado zombie al que el llama Síndrome atáxico neurodegenerativo de deficiencia de la saciedad o ANSD por su siglas en inglés.
Cómo se tendría que afectar al cerebro para poner a un humano en estado zombie, según el Dr. Schlozman:
El lóbulo frontal
Es la parte del cerebro que nos permite pensar cuidadosamente y resolver problemas de manera abstracta. El lóbulo frontal se encarga de controlar la impulsividad, por ejemplo, si te encuentras en un arranque de ira ya sea conduciendo por la calle o en una discusión, esta parte del cerebro se encarga de que no atropelles a la gente o le des un puñetazo en la cara a tu adversario. Según el Dr. Schlozman, los zombies obviamente no usan mucho el lóbulo frontal; no pueden abrir puertas o ventanas, no pueden pasar por obstáculos complicados, en si, no pueden resolver problemas y obviamente sus acciones son gobernadas por sus impulsos asesinos. El lóbulo frontal del zombie sólo recibe órdenes del tálamo, que es donde los estímulos sensoriales llegan al cerebro.
La amígdala cerebral y la corteza cingulada anterior
Como ya se ha dicho, un zombie es gobernado por sus impulsos y emociones básicas como la rabia y el hambre, los cuales viven en los rincones más primitivos del cerebro, entre ellos: la amígdala cerebral. El cerebro del cocodrilo por ejemplo, es controlado principalmente por la amígdala. Los científicos han confirmado esto induciendo lesiones en la amígdala de ciertos animales y observando una disminución de su capacidad de reacción y ataque. El balance es mantenido por la corteza cingulada anterior, la cual ‘modula’ la comunicación entre la amígdala y el lóbulo frontal, es decir, en caso de que la amígdala genere miedo, rabia o lujuria, la corteza cingulada entra en acción y permite que el lóbulo frontal tenga tiempo de pensar antes de actuar.
Los zombies al tener un una corteza cingulada defectuosa debido a el daño en el lóbulo frontal, no tendrían manera de modular sus sentimientos. Siempre tienen hambre, siempre sienten rabia.
El cerebelo y los ganglios basales
Los zombies sufren de daños en el cerebelo y ganglios basales, partes del cerebro que hacen posible que el cuerpo tenga movilidad fluída y coordinación. Es por eso que los zombies caminan tambaleandose, arrastrando sus miembros y con cierto temblor.
En la opinión del doctor Schlozman, los ‘infectados’ de la película Exterminio no son zombies ya que poseen cierto tipo de ‘actividad alta en la zona de la corteza que les permite cazar humanos’. Adicionalmente los ‘infectados’ exhiben capacidad motriz avanzada e incluso pueden correr, escalar y saltar de manera sobre-humana.
Neuronas espejo
La teoría de las neuronas espejo nos dice que estas son neuronas que se activan cuando un animal o persona desarrolla la misma actividad que está observando ejecutar por otro individuo. Schlozman describe la teoría como un modelo neurobiológico de la empatía, el cual sugiere que de alguna forma u otra estamos conectados unos con otros.
Los cerebros de los zombies son incapaces de ‘conectarse’, esta incapacidad es de caracter biológica. No parecen enojados, no parecen excitados, no parecen asustados. Sólo parecen zombies y esto es lo que no asusta más sobre ellos.
El hipotálamo ventromedial
Según el Dr. Schlozman, los zombies sufren de hiperfagia, condición que provoca la sensación de siempre tener hambre. Esto es debido a que su hipotálamo ventromedial, uno de los núcleos del hipotálamo, se encuentra dañado. El resultado: Los zombies comen y comen pero nunca se sienten saciados.
¿Cómo detener a un zombie?
Aquí el Dr. Schlozman responde con algo que ya todos sabíamos: Dispararles o cercenarles la cabeza es la mejor solución

COPIADO DE http://urgente24.com/areax/2012/05/apocalipsis-zombie-en-miami/