Una tormenta solar del 31 de agosto cerca de las 19:40 horas UTC, envió largos filamentos de masa coronal en una violenta llamarada. Esto desencadenó una alerta por radiación solar menor a nivel polar cuando los niveles de partículas de protones provenientes de nuestra estrella superaron el umbral normal. Un aumento menor se reveló además en las zonas iluminadas por el sol. Los niveles continúan elevados.
“Para el 3 de septiembre hay una probabilidad de que llegue a niveles severos en las altas latitudes”, y entre el 3 y 4 se espera que esta actividad disminuya, afirma el reporte de NOAA.
La tormenta de radiación menor (S1, en la escala de 1 a 5), está significando una llegada de flujos de protones que tienen un potencial impacto a las ondas de alta frecuencia principalmente en los polos y en la propagación de las ondas de bajas frecuencias.
A un nivel superior afecta la navegación en el casquete polar, los pasajeros de vuelos en altas latitudes son afectados por la elevada radiación, que es acumulativa.
Superando aún estos niveles se intensifican los errores de navegación, problemas y ruidos en los paneles solares, y peligro para los astronautas que estén fuera de la nave. Los dispositivos pueden verse afectados en su memoria o degradarse.
En el más extremo de los casos, la tormenta causa un apagón total de las líneas de alta frecuencia y los satélites pueden perder su control, así como los paneles solares pueden sufrir un daño permanente.
Las tormentas geomagnéticas por su parte, tienen efecto de producir auroras en las latitudes septentrionales y causar daños severos en las redes eléctricas cuando son de magnitud superior. Dependiendo del nivel, puede afectar en latitudes más bajas.
Nuevas erupciones de masa coronal a la 4:35 hora UTC de esta mañana originaron la llegada de breves emisiones violentas de radio que superaron el nivel de alerta. En caso de superar estos niveles de alerta un grado mayor pueden afectar en pocos minutos a las comunicaciones de radar y GPS.
Todas estas actividades de Sol, sólo reflejan que nuestra estrella está entrando a su período de máxima actividad, que los meteorólogos espaciales y astrofísicos estiman tendrá su pico en 2013, por lo que estos son sólo los primeros síntomas, advierten.
El período de máximo solar se repite en ciclos de intervalos de cerca 11 años. En algunos casos los eventos son más destructivos y en otros menos. www.AcontecerCristiano.net
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